LEÓN, ESPAÑA

El modernismo surgió en Europa en las dos últimas décadas del siglo XIX, como reacción al historicismo clasicista imperante, tomando como inspiración la naturaleza, estilizando y esencializando sus formas para lograr un arte sumamente refinado y decorativo. Asimismo, retoman el uso de las artesanías, integrándolas en la concepción total del edificio. En el ámbito franco-belga se caracteriza por este aspecto decorativo, mientras que en la Sezesion vienesa y el Modern Styl en Escocia, optan por formas geométricas y la sobriedad ornamental, centrando sus esfuerzos en los aspectos estructurales del edificio. En León, al contrario que en grandes centros económicos como Cataluña o Gijón, el modernismo no se asentó, aplicándose de manera superficial y decorativa y conviviendo con otros estilos. De esta manera, la vocación generalmente rupturista que tuvo el movimiento no tomo ese cariz en nuestra ciudad[1].

 

Este pequeño edificio, con una llamativa cúpula, es uno de los pocos exponentes de la introducción del modernismo en León. De inspiración en la Sezesion vienesa, priman las formas geométricas en los escasos elementos decorativos, mediante el uso de los característicos medallones con colgaduras y de franjas horizontales. Esto se combina con el mirador circular a modo de templete barroco, configurando una peculiar mezcla de estilos.