LEÓN, ESPAÑA

  

Al llegar a la plaza de Santo Domingo desde la Calle Ancha, a la derecha se yergue un monumental edificio de ladrillo de rotundos volúmenes y sobria ornamentación. Obra del arquitecto Fernández Balbuena, introductor en León de una arquitectura que huye del barroquismo imperante hacia un mayor racionalismo, sin prescindir sin embargo de las preocupaciones estéticas. Ganó el concurso convocado por la Sociedad del Casino Leonés, que pretendía introducirse en el centro urbano para acercarse a su clientela burguesa y masculina. Los centros de ocio de las clases adineradas de la época no tenían unas formulaciones modelo, sino que había total libertad por parte del arquitecto. La Sala de Fiestas constituía el núcleo del edificio, ocupando las dos plantas nobles, y con la cocina, bar y peluquería en el sótano. La Sala de Fiestas se conecta al exterior mediante unos grandes ventanales con balcón corrido[1].

 

En el exterior, con ladrillo visto y cantería en el zócalo, Balbuena aprovecha las posibilidades del ladrillo en torno a los vanos, y los añadidos decorativos se limitan a las ménsulas y conchas veneras. En la parte inferior la articulación se hace mediante arquerías de medio punto. Los juegos de volúmenes llaman la atención, con una parte central más ancha y alta que las demás, y las laterales más pequeñas y con torres en la parte posterior[2]. Busca así la belleza estructural, sin barroquismos ornamentales que impidan su apreciación.