LEÓN, ESPAÑA

  

La casa de los Quirós estuvo ubicada en la calle Pablo Flórez y se data a finales del siglo XVI. Actualmente el edificio ha desaparecido, pero su fachada se encuentra formando parte del edificio situado en el patio de entrada al convento de San Isidoro, al que se accede por la plaza de santo Martino.

 

Hacia 1960 el edificio presentaba un estado ruinoso y el arquitecto Luis Menéndez Pidal decidió conservar la fachada ya que era la parte menos estropeada y mostraba un gran valor artístico. Por ello, se situó en una nueva edificación dependiente del obispado leonés, una reforma que se había decidido hacer en la colegiata de San Isidoro. Entre las ampliaciones pensadas se encontraba la construcción de una sede para la Escuela superior de Arte Sacro, que se erigió en el patio del convento, edificio de nueva planta para el que se utilizaron materiales de la casa de los Quirós.

 

El arquitecto Juan Torbado Franco fue el encargado de elaborar el proyecto, de trasladar los restos y de realizar la reconstrucción. No hay información que trate la conservación ni la configuración primitiva de la fachada, por lo que no se pueden determinar las modificaciones introducidas en la reconstrucción.

 

La actual fachada se organiza en tres alturas y se accede a la entrada por medio de una escalinata pétrea que no existía en su situación original. El piso superior se diferencia mediante una imposta. La portada se compone de dos alturas, en la inferior se encuentra la puerta adintelada y enmarcada por molduras planas, flanqueada por unas pilastras de fuste cajeado con ménsulas con decoración vegetal. A cada lado una columna de orden toscano que sujetan una cornisa que da paso al piso superior, con la misma estructura de la puerta. El balcón está rematado por un frontón curvo cuyo tímpano se decora con una roseta circular.

 

En el piso superior se encuentra el escudo nobiliario, desplazado, por lo que se pierde el eje axial que marca la portada. El escudo ha perdido fragmentos; dividido en cuartelados, se muestran las armas de los Quirós, los Miranda, los Bravo y los Acuña. Así, no podemos hablar de reconstrucción sino de una composición de carácter estilista utilizando fragmentos históricos. [1]